Es importante mantener una buena relación con un reclutador, ya sea un headhunter o un reclutador de una empresa, aunque ya tengas un trabajo y no estés buscando otro. En la vida las cosas cambian y puedes tener el deseo o la necesidad de cambiar de empresa en el futuro, los caminos con quienes han gestionado una selección contigo pueden volver a cruzarse y por ello dejar una buena impresión durante un proceso de selección es fundamental.
Mejorar siempre es posible y para crecer y aspirar a lo mejor es necesario cuidar las relaciones profesionales y ampliar los contactos dedicando tiempo y atención a las personas adecuadas. El consejo es, por tanto, ser educado y educada y cultivar la relación tanto con el headhunter como con la empresa independientemente del resultado del proceso de selección.
Incluso en caso de resultado negativo en una entrevista, intente mantener el contacto con los reclutadores de todos modos. Las razones que les llevaron a no elegirte pueden ser diferentes, pero cuando y si hay otra oportunidad de evaluar tu perfil profesional, es más probable que vuelvan a ponerse en contacto contigo si has conseguido establecer una buena relación de transparencia y confianza.
Incluso si has sido tú quien ha rechazado una oferta de trabajo, hay una forma de hacerlo y, desde luego, la profesionalidad y la seriedad en el manejo de este momento deben estar siempre presentes si quieres que tu reputación en el mercado se mantenga alta.
El proceso de selección
El trabajo del headhunter sigue un proceso metodológico muy ajustado que comienza con la identificación de una lista objetivo de empresas donde buscar al candidato “ideal” para la empresa cliente y termina con la oferta deseable al candidato elegido.
Entre la identificación y la oferta está la fase de búsqueda, el primer acercamiento, la entrevista cognitiva y las diversas entrevistas posteriores con los distintos contactos de la empresa. En el caso del headhunting, el candidato no está buscando activamente un cambio profesional, no responde a un anuncio, sino que es “explorado” e informado de una oportunidad profesional o alternativa laboral. Por lo tanto, normalmente el candidato empieza tibio y se va calentando poco a poco en el proceso de selección, si el proyecto, la función propuesta o la empresa despiertan su interés.
Por lo tanto, es crucial que el seleccionador se centre en la atracción, que intente comprender las palancas que pueden ser un estímulo para el cambio y que comprenda si realmente existe la adecuación con el puesto y la empresa. La motivación para el cambio es el punto crítico que hay que palpar con especial cuidado, a lo largo de todo el proceso, para no encontrarse con un rechazo de última hora.
Razones del rechazo
Desgraciadamente, en este momento concreto del mercado, la cuestión del rechazo de candidatos es especialmente sentida por los reclutadores y las empresas porque es cada vez más frecuente, alcanzando niveles sin precedentes. Se trata, evidentemente, de candidatos que ocupan puestos muy codiciados, especialmente atractivos en el mercado y que tienen la suerte de poder elegir su futuro profesional y su empleador.
Las razones que llevan a los candidatos a rechazar pueden ser variadas
- La empresa en la que trabaja el candidato hace una “contraoferta” que le convence para quedarse;
otra empresa ha hecho una oferta más atractiva - Se considera que la propuesta no es económicamente ventajosa
- El candidato ha descubierto que el ambiente de trabajo no es el que había imaginado y la reputación de la empresa en el mercado no es la mejor
- Los desplazamientos requeridos son demasiado exigentes o el traslado de la familia es demasiado complicado;
- La empresa no concede la flexibilidad deseada en términos de smartworking;
- Hay miedo al cambio en el último momento: la novedad asusta y salir de la zona de confort siempre despierta cierto temor.
Sea cual sea el motivo del rechazo, es muy importante que el candidato gestione esta fase de forma ética y profesional. De hecho, el cazatalentos dedica tiempo y recursos a establecer una relación de confianza y a apoyar al candidato en la fase de selección. Debe contar su propia historia de forma transparente y no debe ocultar sus pensamientos al consultor.
En muchos casos, el headhunter y la empresa reciben un jarro de agua fría totalmente inesperado con el rechazo de la oferta. Es frecuente que el candidato, de hecho, se haya mostrado siempre atento, participativo y positivo durante todo el proceso de selección, y en el último momento resulta que:
- Tenía otros procesos de selección en marcha.
- Estaba gestionando una fase de relanzamiento interno en su empresa.
- No había compartido adecuadamente el cambio o la oportunidad de traslado con su familia.
Estos son sólo algunos casos que hemos tratado en los últimos tiempos y que nos hacen darnos cuenta de lo importante que es que, además del reclutador, el candidato lleve todo el proceso de forma ética y profesional.
La empresa sale muy perjudicada de un rechazo de última hora porque, normalmente, se ha centrado mucho en el finalista y rara vez tiene figuras en el banquillo para incorporar. Además, el tiempo y los costes se alargan considerablemente. El candidato debe tener esto en cuenta y gestionar una buena relación con el cazatalentos y la empresa por varias razones más.
Las ventajas de una buena gestión de las relaciones
Gestionar la relación de forma transparente y honesta con tus interlocutores también aporta varias ventajas al candidato:
- La fase de negociación de la oferta es la más delicada, y el consultor que te sigue es la persona adecuada para encontrar el punto de encuentro entre empresa y candidato: abrirse, confrontarse y hablar de cualquier duda o perplejidad para que el consultor pueda ayudarte y apoyarte;
- Si eres capaz de mantener una buena relación con los reclutadores, es posible que en el futuro se abran nuevas oportunidades más acordes con tus deseos en caso de que la actual no te convenza;
- Si es capaz de mantener una buena relación con los reclutadores, es posible que en el futuro se abran algunas nuevas oportunidades más acordes con sus deseos en caso de que la actual no le convenga.
En Kilpatrick tratamos de prestar especial atención a esta cuestión y siempre intentamos establecer relaciones de confianza con nuestros candidatos.
Estamos tratando con la vulnerabilidad humana y ciertamente no podemos reducir el riesgo de rechazo a cero, pero sin duda prestamos mucha atención a las señales que surgen durante el proceso de selección y tratamos de interpretarlas y advertir a nuestros clientes del riesgo. En muchos casos somos capaces de entender el problema y solucionarlo, en otros trabajamos inmediatamente para poner en marcha candidatos adicionales en caso de rechazo.
En conclusión, no te quedes fuera del radar del cazatalentos e intenta cultivar la relación con vistas a una oportunidad mutua, la creación de redes y un beneficioso intercambio de ideas.